miércoles, 15 de diciembre de 2010

Príncipe Ermitaño

Príncipe coronado
de un reino olvidado,
brilla la ausencia
en el trono oxidado.

Se perdió a la princesa,
con el ocaso del sol.

Y el príncipe está triste,
ve el paraíso quemado,
no quiere más besos
y repudia al amor.

Su corazón está roto,
ya no siente el dolor.

Se exilia en su reino,
condenando a Cupido.
Un océano en medio
con vientos alisios.

El cielo nublado
al sur de occidente.
Y el príncipe está solo
en su palacio de oriente.

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