Una nueva flor se dio a conocer en mi vida,
Su forma y parecer ya me eran conocidas,
Una similar, antaño fue la cúspide de mi pirámide,
Pero para mi seguridad será mejor que de ti me aparte.
Tus pétalos son el rubor de una dulce joven,
Rojos como el carmín de un corazón errante,
Ardiente fuego en la oscuridad de la fría noche.
Sostienes un alto escudo con palabras cortantes,
Que hacen a mi ser responder con certeros golpes.
Pero como ya dije antes
Traicionera es la fortuna de aquellos que a ti te
aguarden.
Mujer de mirada atrayente,
De exótico brebaje.
Bruja de la medianoche
Con enigmático semblante.
Ya tienes a tu devoto consorte y fieles seguidores,
Más razón para que esto de un principio se corte,
Construyó un alto muro que aleje tu estandarte,
Del cálido sur hacia el gélido norte.
No codicies más pecado
No me quieras también a mí.
Pues soy de carne débil
Y sé que no eres para mí.
Derramo mi sangre en este bello jardín
Evoco las palabras de un hechizo contra ti,
Tiño de negro los pétalos de tus amapolas,
Me despido de la casualidad de que nos quedemos a
solas.
Más lo que nunca sabrás
Es que este poema va dedicado a ti.
