En sus brazos él cayó,
Aún sabiendo que era otra.
Sólo un reflejo del pasado,
En su último suspiro,
La muerte al héroe conquistó
Y dejó a la mentira ser la copia.
Como un claro espejo,
Su amada se mostraba altiva y bella,
Un eco en la realidad rozando el bienestar,
Un segundo más para una mirada intensa.
Ella sintió el flagrante dolor,
No albergaba tal comprensión.
Lágrimas derramadas por aquel amor,
En un corazón de barata imitación.
Más, ella sabía que en sí no era real,
Sólo un sueño, una ilusión, una imagen a imaginar.
Pero en su interior nacía y emanaba el llanto,
Un fuerte grito por aquel sentimiento tan extraño.
Su amor traspaso el tiempo y las fronteras.
El héroe caído y la dulce réplica.
Ahora, el espejo se ha quebrado.
Ella le amó por y para siempre,
Como si fuese la auténtica
Y única imagen de la dama amada,
La otra cara se convirtió en la verdadera,
Fue ella quien empuño el acero,
Con ira, insania y ansias de vil venganza.