lunes, 10 de junio de 2013

Poesía libre

Quizás mis poemas incluso no rimen,
Puede que ni den con la numeración.
Más eso nunca importó a mi razón,
Tanto como que me saluden o miren.

Todo se centra en conseguir abrir tu cofre de cobre,
Clamo en cada silaba la necesidad de encontrarte.
Si, a ti mi musa que hiciste de mi poeta en tu nombre,
Con menester de palabras como el del pintor al arte.

Nado entre las vastas olas de un cuadro pintado.
Contra marea, tormenta e incluso corriente.
Porque estoy de ti completamente enamorado.

Te vi radiante en los sueños de mi turbia mente
Y desde entonces con locura te he ansiado.
Pues mi único anhelo en esta vida es conocerte.

Cosas que creí

Pensar por un momento en que vos me recuerde,
Es como ver una puta bajo los rayos del sol.
Un pensamiento que cuadruplica la congoja
De unos sentimientos que ya creía mermados y muertos.

Creía ser una estatua testigo de esta perra vida,
Sin pulso, ni sangre a derramar por mis heridas.
Iba a darle de comer mi carne inerte a un león,
Pues no sentía, ni padecía ningún tipo de dolor.

Sin embargo, el pensar que puedes recordarme,
Hace de mi pensamiento, tu recuerdo.
Un ataque al corazón de un corazón que ya creía muerto.


Sidney

Yo solía ser el Romeo que buscaba presto a su amada Julieta,
Sin embargo, di en este camino con demasiadas malas hierbas.

Aquel día creí ver esa flor,
Esa rosa carmesí que prendó a mi corazón,
Fue la rebelión para convertirme en sumiso esclavo,
Apresado y subyugado con sus cadenas de frío estaño.

Se alza un crepúsculo como el que vimos aquel ayer,
Mientras observamos las luces de nuestro refugio improvisado.
Caminábamos por la ciudad con el viento acariciando nuestra piel,
Con el monumental edificio blanco de hormigón ante nuestros pies.

Qué caiga el telón con los bellos reflejos de azul cobalto,
Las estrellas son los focos de este espontaneo escenario.
Somos los protagonistas de este peculiar amanecer,
La luna no es la única espectadora de este secundario acto.

Qué importa si creía que todo aquello que sentía por ti era amor.
No recuerdo las veces que me perdí por las curvas de tu cuerpo,
Mucho antes de que la oscuridad fuese desterrada
Por las prematuras luces del vergonzoso sol.

Las palmeras guardianas de la exótica avenida,
Inconscientes de una inesperada situación.
Los pescadores a la vera del mar con sus redes y navíos,
Inconscientes de una inesperada disposición.

Tu sonrisa fue el aliciente,
Y tu voz fue la melodía que hizo cabalgar a mi corazón.
Las aves formaban flechas adornando el cielo junto al mar.
Se cometieron muchos errores pero aquella noche fue especial.

Vimos a los barcos del industrial puerto partir.
Y como lentamente se iba disipando la oscuridad.
Aquella noche no quería estar en otro lugar

Que no fuese junto a ti en nuestro Sídney particular.


sábado, 8 de junio de 2013

Insomne

Muriendo de sueño lentamente
Y cada noche,
Por no encontrar los sueños correctos.
Hacer de la luna inerte la guía de mi propio infierno.

Tener los ojos rojos y abiertos,
Con pensamiento despierto,
Por temor a las pesadillas,
Más ellas son quienes me esperan ávidas y cumplidoras.

No la esperanza de dulces historias o melódicas baladas.
Insomne por elección propia,
Por evitarlas.

Porque prefiero la muerte que supone mantenerse despierto,
Que vivir en mi subconsciente cada una de ellas,
Por cada noche que me queda.

Tan reales como si la vida de por si 
No fuera ya lo suficientemente funesta.


miércoles, 5 de junio de 2013

Columnas

Soy el esclavo encadenado a tus pilares mármol,
Soportando cada día tu orgullo a latigazos.
Estoy abandonado a tu voluble amparo,
Más los dioses hace tiempo que ignoraron mi reclamo.

Me sostiene el ardiente deseo y el fervor de la locura,
En una dimensión paralela a la razón y a la cordura.

Soy el inconsciente objeto de tus más oscuras pretensiones,
Y tú, el fiel reflejo de la belleza que agrava mis obsesiones.


A la carta

Rosas al mendigo,
Miel a las moscas,
Pescado al carnero asado
No importa si todo es triturado.

Pues cuando la opulencia y la gula
Se juntan en una por los ingredientes de una lista.
El festín que con decoro se prepara
No es apto ni para cualquier gourmet de revista.

La receta es bien secreta,
Y desde luego muy peligrosa,
Si el cocinero no es bueno,
Se te indigestará hasta la sopa.

Entonces empecemos con la laboriosa preparación,
Una vez de comienzo habrás de seguir sin dilación,
Ya que no habrá vuelta atrás,
Y lo hecho, muy hecho quedará.

Así que golpéame fuerte,
Ábreme el pecho,
Arranca este corazón,
Y cocínalo con esmero.

Carne fresca, tan fresca que respira,
Cómeme lento, cómeme deprisa,
Pero ante todo, si yo soy tu plato estrella,
Por lo menos, disfruta de esta comida.