Soy el esclavo
encadenado a tus pilares mármol,
Soportando cada
día tu orgullo a latigazos.
Estoy abandonado
a tu voluble amparo,
Más los dioses
hace tiempo que ignoraron mi reclamo.
Me sostiene el
ardiente deseo y el fervor de la locura,
En una dimensión
paralela a la razón y a la cordura.
Soy
el inconsciente objeto de tus más oscuras pretensiones,
Y
tú, el fiel reflejo de la belleza que agrava mis obsesiones.
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