miércoles, 5 de junio de 2013

Columnas

Soy el esclavo encadenado a tus pilares mármol,
Soportando cada día tu orgullo a latigazos.
Estoy abandonado a tu voluble amparo,
Más los dioses hace tiempo que ignoraron mi reclamo.

Me sostiene el ardiente deseo y el fervor de la locura,
En una dimensión paralela a la razón y a la cordura.

Soy el inconsciente objeto de tus más oscuras pretensiones,
Y tú, el fiel reflejo de la belleza que agrava mis obsesiones.


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