sábado, 30 de octubre de 2010

Sr. Esquéleton

Con la festividad de mañana,
Publico una pequeña composición,
Acorde con toda la parafernalia montada.



No era más que un juguete en construcción
En la lóbrega factoría del infierno,
Los mineros trajeron ácido y carbón a los hornos,
Para fortalecer su cuerpo y sus huesos.

Soy el amo de este tangible mundo, decía.
Los hilos y el titiritero,
No habrá amor ni compasión,
Sólo lloverán los fuegos del averno.

No pienso cantaros una canción,
Sólo devorar las estrellas del cielo
Y arrastraré conmigo a mi paso
El peor de todos vuestros lamentos.

Seré la pesadilla de la que huyes
En tus dulces y angelicales sueños,
Lucifer me nombró su austero emisario,
Y de suculentas almas me alimento.

Ahora tengo un nuevo encargo,
Dime, si bajo la oscuridad de tu lecho,
Está escondido el vil y perverso monstruo
Que arrancará con afán el corazón de tu pecho.


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