sábado, 27 de noviembre de 2010

Una historia de ciudad

Desde el comienzo de los tiempos hasta el final de la historia,
nuestra leyenda quedara plasmada en el papel y en la roca
de los edificios que nos rodearon aquella vez.

Te encontré caminando por aquel estrecho callejón,
Un millar de voces gritaron formando ecos desde mi interior.
tus oscuros ojos de hechicera me bloquearon,
sobre mi y a través, cegándome con la brillantes luces de la calle.

Dos personas desconocidas
que tan solo cruzaron las miradas.
Y entonces, el viento me susurro persuasivo;

He ahí, esa es ella,
el lucero que el celoso alba tanto ansiaba.
La luz salvadora en la profunda oscuridad.

Es el seductor secreto encerrado en el árbol.
Dime si eres real
o un mero sueño del que aun no he despertado.
Y si así es, no quiero despertar jamás.

Eres el impactante acantilado del que salté
hacia las extrañas aguas de un mar lejano.

Retenme aquí junto a ti,
no quiero amar extrañando
a la persona que esta sentada a mi lado.

Destino o coincidencia
a caso importa, que mas da.
No quiero que acabe la noche de los fuegos mágicos.

Cambias los colores de mi amanecer,
La mañana se ve tan diferente,
en mi cabeza solo tu recuerdo girando en espiral
haciendo a mi corazón, como a un tambor, retumbar.

Tu eres quien conoce el camino,
estamos dentro del laberinto
y voy con los ojos vendados,
se la mano amiga que me guíe hasta el final.

Estaba tan perdido antes de encontrarte,
tu no sabes lo que has llegado a significar,
tus palabras son la fortaleza que mi cuerpo recorre,
el terciopelo rojo en el vestido de raso azul.

Sin embargo, desconfío de mis sentidos
no puede ser tan perfecta esta verdad.
Quizá es la dulce miel en una burbuja de jabón,
o la amarga hiel que recubre un cristal protector.

En cierto modo, no me preocupa,
Las estrellas se alinearon a nuestro paso.

Imagen en tinta de los cuentos encantados
fuimos los invitados al gran baile real en el salón del rey sol
sobre las arenas de un calido e inhóspito desierto de mármol,
bailaste conmigo un Valls al compás de una exótica canción.

Continúo con esta fantasía que he creado,
sobre una de tantas historias de la adormecida ciudad
y la gente camina ausente a nuestro alrededor
pero las errantes horas ya no son marcadas por el reloj.

El minutero se ha parado y tú permaneces caminando.
Todo escritor necesita a una tangible musa
y tu inspiraste cada una de estas letras que narro.

Aislado de curiosos y caprichosos peones del tablero
en el umbral de una ventana abierta
con la floreciente primavera envolviendo estas dulces letras.

Arrasando con toda inverosímil creencia,
en este caso no hay razón para conmovedoras promesas,
tenemos que dejar nuestros pies en la fría tierra,

Aunque yo para escapar de la baldía realidad
viajo en el sueño retornando en mi mente
hasta la encantadora y etérea visión
de aquellos ojos que a mi alma hechizaron.


No hay comentarios:

Publicar un comentario