De una guitarra acústica preciosa,
Con delicadas flores en su cuerpo
De noble madera fina.
Aquellas precisas notas en sus amplios trastes
Formaron perfectos acordes sin excesiva presión.
Quiero acariciar de nuevo sus mágicas cuerdas
Y hacer de su melodía mi bella canción.
Que será de mí mañana,
Pensando en semejante guitarra,
Tan lejos de mi anhelo y ansia,
Y de mi espíritu que atento su llegada aguarda.
Ya no habrá más inspiración para mis letras,
Pues necesito oír, una vez más, mi partitura en ella.
Repetir aquel hipnótico y exuberante sonido
Que llevo a mis oídos directos al cielo y al paraíso.
Oh! De ti, instrumento de virtud,
Creado para deleitar a dioses y a mortales,
Ten bien presente esto que te cuento,
Has conquistado a mi pobre corazón de artista bohemio.
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