viernes, 17 de septiembre de 2010

Desconocido epílogo

Cómo puedo encontrar el camino de vuelta al hogar,
Si miro al cielo
Y la luna permanece bajo la más absoluta oscuridad
Y en sangre bañada.

Me muevo entre la bruma siguiendo el sonido de una voz,
Me seduce en la noche,
Aunque se oculta detrás de la parte más peligrosa de la razón.

Siniestra y delicada estatua de mármol,
Preciosa bailarina de una bonita caja musical,
Me estas conquistando aun sin estar presente,
En esta opera para un público de corazones destrozados.

El protagonista es un alma traicionada y deteriorada,
Dividida en tantos pedazos que muestran su fragilidad,
Son las piezas del puzle que estas recomponiendo,
Y yo soy el fantasma tras el antifaz del secreto sin desvelar.

Debo de apartar el gran telón del escenario.
Y permitir que la función de comienzo aun sin director,
Esa música vuelve a sonar
Y esta vez más alto ante mis propios ojos y oídos.

Eres la cura y eres la droga,
No hay escape para esta adicción,
Me estoy alejando demasiado de la ahora inalcanzable salvación.

Esa música me arrastró atrayendo a mi instinto animal.
En esta obra de teatro creada para deleitar prohibidas pasiones,
Entre una amplia baraja de diferentes máscaras y mortajas.

Cegador sueño que me mantiene prisionero,
Bajo esa silueta iluminada por la luz nocturna.
Ángel cantor permíteme seguir soñando
Embriagado por tu hermosura.

Epopeya de una primavera inesperada,
Florecen entrelazadas las flores,
Ausentes e ignorantes del desconocido epílogo.

No puede ser tan perfecto
Quizás yo ya haya atravesado las puertas del paraíso.


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