miércoles, 8 de septiembre de 2010

El andén 21

Me encontraste al final de la estación,
En el ande veintiuno
De la línea hacia ninguna parte,
Mientras el tren comenzaba a partir.

Un número, una mascara y nada más.
Comenzando con la primera letra del abecedario.

Cuando el sol brilla tan fuerte
Es porque pienso en ti.
No hay nubes en el cielo,
Desde que te conocí.

No fue sólo casualidad, lo sé,
Fue el destino,
Estaba escrito en nuestro sino.

Deja que el sol brille así de fuerte,
Desármame cada día con tu sonrisa.
No es sólo una canción, es la realidad,
Eres mi peor adicción y mi mejor antídoto.

Es una enfermedad de la mente que afecta al corazón,
Un sentimiento que me consume y controla mi interior.

Todo cuanto he vivido y me ha ocurrido,
Me ha traído hacia el tren de este andén.
Pasaron las horas entre la puntualidad de los horarios,
Más por suerte, he llegado a tiempo para no perderlo.

Nunca es demasiado tarde.
Este es nuestro momento,
Soy el maquinista y no pienso frenar.

Y allí te encontré en la línea del andén veintiuno,
Esperándome en la estación aquel día treinta y uno.


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