miércoles, 7 de abril de 2010

¿Serías capaz de besar a un sapo?

Acaso importa el mundo
Y todo cuanto lo rodea,
Cuando ese mundo es solo una persona,
No importa el resto, ni el tiempo.

Somos quienes somos
Y hacemos lo que hacemos
Sin porqués, sin preguntar.

No elegimos a quienes amamos,
Nos movemos en un tablero,
Esperando la jugada del contrario.

A veces odiamos lo que tanto ansiamos,
Queremos lo que es imposible de alcanzar.

Cómo plasmarte en estas letras,
Cómo dibujarte en el papel,
Cómo componer una melodía que te evoque.

No me rodean las riquezas.
No tengo nada que ofrecer,
Salvo una sola cosa, quizás dos.
Las dejó a tu elección.

¿Mi alma o mi corazón?

Creó que me he perdido entre grandes esperanzas,
Aún estoy esperando que suene la música de fondo,
La banda sonora de nuestra película en blanco y negro,
La perfecta composición de nuestro beso perfecto.

¿Cuantas veces puede romperse un corazón?
¿Y cuantas recomponerse?
No ofrecí resistencia,
¿Quién es el cazador y quién la presa?

No obstante, un miedo siempre aflora
¿Habrá en ti autentica preocupación por mi?
Aún a pesar de haberlo hecho todo
De haber llegado a dónde he llegado.

Dame tu mano y colócala en mi pecho,
Sabes qué es eso, es mi corazón,

Y está roto...

Recuerdo con total precisión,
la primera vez que se desquebrajó.

Sólo en las películas hay falsos finales,
Aquellos que acogemos como verdaderos,
Pues solo allí se encuentran los paraísos perdidos,
son la lágrima en la lluvia de un profundo sueño en el abismo de los sentidos.


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