miércoles, 25 de septiembre de 2013

El pesar de la ilusión



Se ocultaba tras la belleza de una rosa de plástico,
Los susurros de la primavera transformándose en verano.
Puse el ojo y la flecha
En una meretriz a la que convertí en reina.

La vestí de gala, la adorne con joyas,
En mi mente la nombre mi idolatrada diosa,
Pero la verdad guste o no siempre aflora.

Y aunque me hizo sentir como un rey,
Yo no era más que un peón en su ajedrez.

Me vende los ojos y seguí el juego,
Sentí el cuchillo cortando mi pecho.
Proseguí luchando no podía creerlo,
Ella era mi todo y yo sólo un muñeco.

La moneda de cambio era el calor del amor,
Ella lo necesitaba como la flor al sol.
No importaba el postor,
Sólo el modo de pago.

Y yo por desgracia quede más que tocado,
Pero mejor alejarla a tiempo,
Que vivir día a día a su lado,
Aunque sé que esta herida

Pase el tiempo que pase
Permanecerá sangrando.



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