jueves, 11 de agosto de 2011

Miénteme

No tengo nada que ofrecer,
Me encontraste con las manos vacías,
Esperando ese aciago final,
Perdido entre el espesor de tinieblas infinitas.

Estaba marchito al igual que las flores en el crudo invierno,
No podía ocultar ese dolor que se extendía por mi cuerpo
Abría mis heridas y sangraba más y más.

En mi pecho estaba el hueco del desecho,
Y tú has traído la luz al interior de esa oscuridad.
Siento el calor de nuevo en mi frágil piel,
A pesar de la helada nieve creadora del frío exterior.

Abrázame y no permitas que me lleven las aterradoras sombras,
Aquellas que intentan arrastrarme hacia la profundidad del borde
En la cueva espectral dónde moran los fantasmas más terribles
De los que el mundo jamás ha oído hablar. 

Estos monstruos quieren devorar lo poco que queda de mí,
Pero esta vez me niego y me doblego
Lucho con todas mis fuerzas contra ellos.

Fue tu imagen la que me hizo recobrar el aliento
Y tus palabras las que reanimaron el pulso en mi pecho.

Creí que había perdido mi reflejo en las turbias aguas del desierto,
Mi mente se había convertido en una fotografía difuminada por el tiempo.
Y no podía esperar que aguantase algún atisbo de estos sentimientos,
Más nunca me ha complacido tanto equivocarme con la dirección del viento.

Cierro los ojos esperando verte ahí
Y ahí estás frente a mí,
Has rescatado a una estática marioneta
Y le has dado una nueva vida.

Mantenme entre tus brazos,
Y camina esta senda junto a mí.
Queda prohibido dejarte atrás.
Sería el crimen que no estoy dispuesto a realizar.

Dime que todo saldrá bien,
Y si hace falta miénteme.


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